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Propiedades y beneficios de la cebolla

La cebolla es un alimento muy antiguo, de cuyo cultivo existen evidencias que datan de hace 3.200 años. Según la Federación Española de la Nutrición (FEN), una inscripción hallada en las pirámides de Egipto prueba que este vegetal era adorado como divinidad y que, junto al ajo, ocupaba un lugar destacado en la dieta de los esclavos que erigieron esas construcciones.

Siglos después, Hipócrates la prescribía como diurético por su riqueza en potasio y escaso sodio, para curar heridas y tratar enfermedades respiratorias por las propiedades antisépticas y mucolíticas de los componentes azufrados, junto con la acción antiinflamatoria de la quercitina.

El nombre científico de esta hortaliza de bulbo es Allium cepa L. y pertenece a la familia de las Liliaceae

Propiedades nutricionales

Uno de los aspectos nutricionales que destacan de la cebolla es que se trata de un alimento bajo en calorías (30 calorías por cada 100 gramos), aunque muy rico en minerales como el potasiomagnesio, azufre, cobre o calcio y en vitaminas CAE y B.

Tiene bastante agua y fibra, lo que hace que el tránsito digestivo funcione mejor y ayuda a reducir el nivel de azúcar en sangre, fundamentalmente gracias a las quininas y flavonoides que contiene. “De hecho, es un alimento que puede ayudar mucho a los pacientes con diabetes”, apunta Carretero. 

Beneficios para la salud

Estudios en animales sugieren que la cebolla en polvo, su zumo o extractos derivados de ella presentan múltiples efectos sobre la salud, como propiedades antioxidantesantimicrobianas, antiinflamatorias e inmunomoduladoras. Asimismo, diversas investigaciones han ahondado en su utilidad en la prevención y tratamiento de algunas enfermedades, como la obesidad, diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, colitis, nefropatías, infertilidad y trastornos respiratorios. No obstante, Manzaneque resalta que las conclusiones de dichos estudios son prometedoras pero no concluyentes, ya que sería necesario llevar a cabo “ensayos clínicos bien diseñados en humanos para verificar estos beneficios”.

En todo caso, las dietistas-nutricionistas ensalzan sus efectos positivos dentro de una dieta saludable. “Tradicionalmente, la cebolla siempre ha estado presente en la dieta mediterránea como un elemento casi indispensable, y es que los beneficios que tiene para nuestro organismo hacen que sea fundamental”, asevera Carretero, quien apostilla que entre sus componentes destaca “una sustancia llamada alilo, que se caracteriza por sus propiedades bactericidas y fungicidas, aunque también tiene propiedades diuréticas y antisépticas, entre otras”.

¿Por qué lloramos? Trucos para evitarlo

¿Quién no ha prescindido alguna vez de la cebolla en una receta que la requería para no tener que enfrentarse a un picor intenso de ojos al cortarla? Los culpables de que se nos salten las lágrimas son las sustancias químicas que se liberan al partirla; fundamentalmente, compuestos azufrados. A medida que cortamos la cebolla, el gas con azufre se evapora y llega hasta nuestros ojos, donde, al combinarse con el agua de las lágrimas, forma ácido sulfúrico. Como el ácido sulfúrico es muy irritante, la reacción inmediata es, precisamente, la producción de más lágrimas como medida protectora. Es una respuesta natural del organismo que no supone ningún riesgo para la salud, pero resulta muy molesta.

Consejos para evitar las lágrimas al cortar cebolla

Existen distintos trucos para atenuar el picor que produce la cebolla al trocearla. Cada persona tiene sus preferencias y, probablemente, la razón por la que los cocineros parecen inmunes es que realizan esta tarea con una rapidez y eficacia tales que apenas dan tiempo a que se produzca la reacción química que da lugar al lagrimeo. Estas son algunas de las recomendaciones más comunes:

  • Sumerge la cebolla en agua mientras la cortas. De esta manera, los gases se diluyen y se pierde, al menos, una parte de su potencia.
     
  • Enfríala o, incluso, congélala antes de cortarla. Así se ralentiza el proceso de formación de compuestos volátiles sulfurados.
     
  • Utiliza unas gafas protectoras.
     
  • Córtala en un lugar bien ventilado, con la ventana abierta, la campana extractora de humos encendida, etc.
     
  • Evita los cuchillos con dientes, que hacen que se liberen más sustancias causantes de la irritación y el lagrimeo.
     
  • Corta la cebolla lo más rápidamente posible y con un cuchillo fino y bien afilado.

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