Por iniciativa de WGA (World Glaucoma Association) se celebra, todos los años, la Semana Mundial del Glaucoma cuya finalidad es concientizar a la población sobre la existencia de esta enfermedad y la importancia de la consulta al médico oftalmólogo.
El glaucoma es una enfermedad dada por la afectación paulatina del nervio óptico (consecuencia de un aumento sostenido de la presión intra-ocular) que puede terminar en ceguera cuando el diagnóstico es tardío. De hecho, en Uruguay, es la primera causa de ceguera irreversible.
No se conocen aún las causas exactas por las que se padece esta enfermedad, aunque sí hay factores con los que se la relaciona, como los traumatismos oculares importantes, procesos inflamatorios intra-oculares, elementos anatómicos de la propia conformación del ojo (glaucoma de ángulo estrecho) y factores hereditarios.
El glaucoma es una enfermedad “silenciosa”, como se dice de las que no tienen síntomas en sus primeras etapas, por lo que los controles oftalmológicos son fundamentales para poder tener un diagnóstico precoz que permita llevar adelante un tratamiento adecuado y preservar al máximo la visión. Cuando la persona detecta zonas de visión perdidas, ya se está frente a un daño irreversible, pero en muchos casos se puede detener la progresión y evitar la ceguera total. Hay casos, poco frecuentes, en que se dan ataques de glaucoma agudo. Cuando se padece uno se siente un agudo dolor, el ojo se pone rojo y la agudeza visual baja; se consideran de emergencia oftalmológica.
Después de los 40 años, edad a partir de la cual aumenta la incidencia del glaucoma, se recomienda el control oftalmológico anual; más aún si se tiene alguno de los factores de riesgo ya mencionados.
MSP/ Farmanuario.
