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Osteoporosis: detección temprana y hábitos saludables para minimizar sus riesgos

La osteoporosis es una enfermedad esquelética caracterizada por la disminución de la resistencia ósea que predispone un aumento del riesgo de fractura por fragilidad ante mínimos traumatismos, disminuyendo la masa ósea y deteriorando la microarquitectura.

A la osteoporosis se la denomina “enfermedad silenciosa” porque muchas personas no saben que la padecen hasta que sufren una fractura por una caída o un golpe menor que normalmente no habría causado una lesión tan importante. Las mismas provocan intenso dolor, discapacidad y gran dificultad para realizar las actividades cotidianas.

Como consecuencia del envejecimiento poblacional y el aumento de la expectativa de vida, el número de casos que padecen esta enfermedad es cada vez mayor. Se considera mundialmente que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años experimentará una fractura osteoporótica durante el resto de su vida. Lamentablemente, luego de la fractura, cerca del 80 % de los pacientes no son diagnosticados ni tratados por osteoporosis, la enfermedad subyacente que ha causado la fractura.

Las más frecuentes son las de antebrazo (muñeca), columna vertebral y cadera. Estas dos últimas están asociadas con un aumento de la morbilidad (disminución de la calidad de vida y dolor crónico). Las de la cadera tienen severas consecuencias para el individuo y la familia, lleva a la pérdida de independencia y tienen una alta mortalidad: aproximadamente muere un 25 % durante el año posterior a la fractura.

“La osteoporosis es una enfermedad pediátrica” (Charles Dent,1973) con consecuencias geriátricas. Por lo tanto, ya el pediatra debe encargarse de la nutrición de los niños: que sea rica en calcio, que el nivel de vitamina D sea adecuado y que realicen actividad física regular para que adquieran el pico máximo de masa ósea entre los 20 y 25 años. Los adultos deben evitar la pérdida ósea prematura y mantener un esqueleto sano. El médico lo controlará tratando de hacer un diagnóstico temprano de su calidad ósea para evitar la primera fractura. Los adultos mayores deberán junto con el profesional prevenir y tratar la osteoporosis.    

¿Es usted una de las tres mujeres o uno de los cinco hombres mayores de 50 años que se verá afectado por una fractura osteoporótica?

Para identificar al paciente en riesgo de fracturarse antes de que ocurra la primera, debemos estudiar a la persona con una Densitometría Ósea por DXA. Este es un estudio por absorciometría de rayos X de doble haz que ofrece información para seleccionar quién se beneficiará con el tratamiento, permitiendo una clasificación diagnóstica y el monitoreo de las variaciones de la DMO en el tiempo.

Para el diagnóstico, se usan los criterios establecidos por la OMS (1994), basados en el “T-score” de la densidad mineral ósea por DXA en columna lumbar, cuello de fémur o cadera total. La norma de referencia internacional de la OMS para el diagnóstico de osteoporosis es T-score ≤ a -2.5, diseñado para mujeres posmenopáusicas. Es un examen de imágenes simple e indoloro, que permite cuantificar el estado de los huesos en columna, caderas y muñecas.

Los criterios diagnósticos de la OMS para mujeres posmenopáusicas de origen caucásico son:

Diagnóstico                                   Criterio sobre DMO (T-score)                    

Normal                                                 DMO  ≥ 1 a  -1

Osteopenia o Baja masa ósea                 DMO   ≤ 1 a -2.5

Osteoporosis                                         DMO   ≤ -2.5

Osteoporosis establecida o grave            DMO  ≤ -2.5 más Fractura

Se recomienda hacer una Densitometría Ósea de columna lumbar y cadera a toda mujer de 65 años y todo hombre de 75 años o más, a mujeres y hombres menores de dicha edad si presentan factores de riesgo para osteoporosis (ver el cuestionario), y a toda persona en tratamiento por baja masa ósea u osteoporosis que necesite monitorear el resultado.

¿Podría estar en riesgo de sufrir osteoporosis y fractura?  

Descubra usted si presenta alguno de estos factores de riesgo:

Si ha contestado positivamente a una de estas preguntas usted puede estar en riesgo y debe hablar con su médico, quien le asesorará cuál es la conducta a seguir.

Las decisiones terapéuticas no las tomará el profesional solo con el informe de un DXA. El resultado de la Densitometría y los valores de los estudios de laboratorio que le soliciten los verán en consulta el médico y el paciente. Juntos decidirán el tratamiento adecuado, según la tolerancia al mismo y el costo, para asegurar una buena adherencia al mismo. El tratamiento será largo al igual que en toda patología crónica.

Acerca del tratamiento

El tratamiento para la osteoporosis posmenopáusica comprende medidas no farmacológicas y farmacológicas.

Intervenciones no farmacológicas                                       

Como medidas poblacionales, son aplicables los consejos generales de promoción de la salud. Tanto en población general como en sujetos de riesgo, mujeres posmenopáusicas en este caso, es aconsejable un aumento de la actividad física, el cese de hábito tabáquico y el aumento en la ingestión de calcio, a pesar de que no se ha evaluado su efecto sobre la reducción de fracturas.

Existe un consenso claro acerca de la ingesta diaria recomendada de calcio para los adultos, la misma es de 1000-1200 mg / día. El calcio esta presente en varios grupos de alimentos, principalmente, en productos lácteos como leche, yogurth y quesos. Los alimentos no lácteos ricos en calcio incluyen algunas verduras (por ejemplo, repollo), pescados enlatados de espinas blandas comestibles como las sardinas, algunos frutos secos, productos de soja con calcio (tofu, leche de soja) y algunas aguas minerales, entre otros. Es preferible recibir calcio con un buen plan de alimentación y, en caso de no ser suficiente, suplementarlo con calcio medicamentoso.

Respecto a la vitamina D, si bien la fuente principal proviene de la exposición solar, que provoca la síntesis en la piel, su insuficiencia se ha convertido en un problema mundial, debido a factores como los hábitos que priorizan las actividades bajo techo. Se sugiere una ingesta de vitamina D de 800-1000 UI / día para mantener los niveles en sangre de la 25(OH)D por encima de 30 ng / ml.

Existen dudas respecto a la eficacia de calcio o la vitamina D administradas en monoterapia. Suministrados de forma conjunta parecen poseer un cierto grado de eficacia en la prevención de fracturas no vertebrales, que es más claro en personas deficitarias en ellos, como puede ser el caso de ancianos que viven en residencias. Por lo que hayconsenso universal respecto a que los pacientes con esta enfermedad deben recibir calcio y vitamina D junto al tratamiento principal de la enfermedad.

Tratamiento farmacológico  

El principal objeto de su tratamiento es evitar o reducir las fracturas, incrementando la masa ósea y su calidad. Para ello se precisa de un tratamiento farmacológico en el que se han utilizado dos estrategias terapéuticas: 1) evitar que haya nuevas pérdidas sellando el hueso (antiresortivos) o 2) rellenando las cavidades del hueso que se ha perdido (osteoformadores). Contamos con un conjunto de pautas posológicas muy flexibles, que incluyen comprimidos orales de administración diaria, semanal o mensual, inyecciones diarias, semestrales o infusiones anuales. 

La mayoría de los tratamientos disponibles son antiresortivos: bifosfonatos (alendronato, risedronato, ibandronato y zoledronato) y denosumab. Tanto uno como otro disminuyen la actividad de los osteoclastos (células del hueso encargadas de reabsorber el hueso creando cavidades). Sin embargo, estos medicamentos también reducen indirectamente la formación de hueso, impidiendo la capacidad del hueso de restaurar su arquitectura.

Con respecto a los fármacos osteoformadores disponemos de tres que tienen una acción anabólica: teriparatida (PTH) y dos nuevos agentes, abaloparatida y romosozumab, aún no comercializados en nuestro país. Estos son más eficaces para evitar las fracturas, sin embargo, se han utilizado menos por tener un costo más elevado.

Hay motivos para ser optimistas. La osteoporosis puede diagnosticarse fácilmente y es sencillo evaluar el riesgo de fractura. Existe una gran variedad de tratamientos eficaces en el mundo que han demostrado disminuir el riesgo de fractura de cadera y vertebral y de otras fracturas por fragilidad. Todavía hay mucho por hacer. La concientización pública sobre la osteoporosis continúa siendo escasa, pero seguiremos trabajando al respecto.

Complementos para el tratamiento medicamentoso

¿Puede el tratamiento farmacológico por sí solo tratar con éxito la osteoporosis? Es muy importante asociarle:

Ejercicio. La actividad física con peso y los ejercicios que mejoran el equilibrio y la postura pueden fortalecer los huesos y reducir la posibilidad de una fractura. Mientras más activo seas y más en forma estés a medida que envejeces, menos probabilidades tendrás de caerte y fracturarte un hueso.

Buena nutrición. Come una dieta saludable y asegúrate de que estás recibiendo suficiente calcio y vitamina D.

Deja de fumar. Fumar cigarrillos acelera la pérdida de hueso.

Limita el consumo de alcohol. Si eliges beber alcohol, hazlo con moderación. En las mujeres sanas, eso significa hasta una bebida o medida por día. En los hombres sanos, sería hasta dos bebidas o medidas por día.

Por Dra. Diana Wiluzanski / Hola Salud.

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